2 Reyes 7 habla de una situación terrible que vivió el Pueblo de Israel cuando fue sitiado por los sirios, tanto era el hambre que se comían entre ellos. El rey estaba desesperado ordenó matar a Eliseo. Cuando llegaron a él, Eliseo dijo: “Así dice el Señor, mañana a estas horas habrá abundancia total”. Un príncipe consejero del rey escuchó esa palabra profética y se burló diciendo: “Así Dios habrá las ventanas de los cielos, esto nunca sucederá”. Y el profeta respondió: “Lo verás, pero no lo disfrutarás”.
Cuatro leprosos con mucha hambre y arriesgando sus vidas, fueron al campamento sirio, y lo encontraron vacío porque el ejército había huido. Dios, durante la noche, les hizo escuchar ruidos de caballos, de ejército y por eso se asustaron y huyeron. Había oro, comida, todo tirado. Los leprosos comieron y lo comunicaron al rey quien mandó cinco espías. El rey dijo al príncipe que se parara en la puerta y, mientras el pueblo entraba desesperado de hambre, lo atropellaron y se murió, cumpliéndose las palabras de Eliseo.
En este pasaje notamos que por esa misma puerta sucedieron 3 cosas: Entró una bendición abundante, 4 leprosos tuvieron que tomar decisiones importantes y el consejero del rey murió aplastado por la gente que venía cargado de bendiciones, sólo por no haber creído.
1. Las puertas abiertas (las correctas), son señal de que por allí va a entrar la bendición, Isaías 60:11 nos dice que debemos tener continuamente abiertas las puertas por donde entra la bendición. Nosotros no sabemos cuándo vendrá la bendición por eso es que debemos dejarlas abiertas todo el tiempo, hasta de noche, es decir, no sólo cuando todo esté bien sino cuando las cosas se vean muy difíciles en nuestra vida. Es responsabilidad nuestra mantener las puertas correctas (lo compartiremos más adelante) abiertas y con expectativa que por allí va a entrar nuestra bendición.
2. La puerta es lugar oportunidades y de toma de decisiones. Los 4 leprosos tuvieron que decidir, no se quedaron parados allí hasta morirse, sino que emprendieron el camino hacia su bendición. Tal vez te ves con muchas pruebas que ya te sientes morir, entonces TIENES QUE DECIDIRTE y empieza a caminar hacia tu bendición. NO TE QUEDES PARADO SIN HACER NADA. Si Dios te abre una puerta, te da una oportunidad entonces avanza hacia donde está tu bendición, por más que parezca una fantasía o algo imposible. A los leprosos les parecía increíble, como que estaban viviendo un sueño, el que los sirios se habían ido; pero nunca lo hubiesen sabido si no hubiesen caminado hacia el campamento. Si no se decidían se hubiesen muerto en la misma puerta. Tu bendición está más cerca de lo que crees, sólo tienes que tomar la decisión.
3. La puerta es el lugar que desafía mi fe, es un lugar para creer. Fue en la puerta de Samaria donde la gente que creyó entró corriendo cargando su bendición y fue en esa misma puerta donde el príncipe murió aplastado por su incredulidad. Dios ha prometido que va a abrir puertas para que tú disfrutes de su bendición y lo único que te pide es que le creas o por lo menos que guardes silencio. El problema con este príncipe es que habló palabras de incredulidad. Guarda tu boca de hablar palabras de incredulidad y jactarte que eso es una convicción para ti y que a ti nadie te va a cambiar. Si Dios lo ha dicho quien eres tú para contradecirlo, si no puedes decir Amén porque tu fe es muy pequeña por lo menos di SEÑOR TÚ LO SABES TODO, yo espero tu última palabra. Al príncipe no le costó nada guardar silencio y esperar 24 horas. NO te apresures a hablar sobre cosas que sólo Dios sabe, permite que sea Su Palabra la que se escuche y no tu voz de duda o de incredulidad. Si no eres capaz de creer a Aquél que has tomado como tu Dios, es posible que otros que vienen detrás de ti y que si han estado dispuestos a creerle arrasen contigo y disfruten de lo que era para ti y que ahora sólo lo podrás ver de lejos.
Cuatro leprosos con mucha hambre y arriesgando sus vidas, fueron al campamento sirio, y lo encontraron vacío porque el ejército había huido. Dios, durante la noche, les hizo escuchar ruidos de caballos, de ejército y por eso se asustaron y huyeron. Había oro, comida, todo tirado. Los leprosos comieron y lo comunicaron al rey quien mandó cinco espías. El rey dijo al príncipe que se parara en la puerta y, mientras el pueblo entraba desesperado de hambre, lo atropellaron y se murió, cumpliéndose las palabras de Eliseo.
En este pasaje notamos que por esa misma puerta sucedieron 3 cosas: Entró una bendición abundante, 4 leprosos tuvieron que tomar decisiones importantes y el consejero del rey murió aplastado por la gente que venía cargado de bendiciones, sólo por no haber creído.
1. Las puertas abiertas (las correctas), son señal de que por allí va a entrar la bendición, Isaías 60:11 nos dice que debemos tener continuamente abiertas las puertas por donde entra la bendición. Nosotros no sabemos cuándo vendrá la bendición por eso es que debemos dejarlas abiertas todo el tiempo, hasta de noche, es decir, no sólo cuando todo esté bien sino cuando las cosas se vean muy difíciles en nuestra vida. Es responsabilidad nuestra mantener las puertas correctas (lo compartiremos más adelante) abiertas y con expectativa que por allí va a entrar nuestra bendición.
2. La puerta es lugar oportunidades y de toma de decisiones. Los 4 leprosos tuvieron que decidir, no se quedaron parados allí hasta morirse, sino que emprendieron el camino hacia su bendición. Tal vez te ves con muchas pruebas que ya te sientes morir, entonces TIENES QUE DECIDIRTE y empieza a caminar hacia tu bendición. NO TE QUEDES PARADO SIN HACER NADA. Si Dios te abre una puerta, te da una oportunidad entonces avanza hacia donde está tu bendición, por más que parezca una fantasía o algo imposible. A los leprosos les parecía increíble, como que estaban viviendo un sueño, el que los sirios se habían ido; pero nunca lo hubiesen sabido si no hubiesen caminado hacia el campamento. Si no se decidían se hubiesen muerto en la misma puerta. Tu bendición está más cerca de lo que crees, sólo tienes que tomar la decisión.
3. La puerta es el lugar que desafía mi fe, es un lugar para creer. Fue en la puerta de Samaria donde la gente que creyó entró corriendo cargando su bendición y fue en esa misma puerta donde el príncipe murió aplastado por su incredulidad. Dios ha prometido que va a abrir puertas para que tú disfrutes de su bendición y lo único que te pide es que le creas o por lo menos que guardes silencio. El problema con este príncipe es que habló palabras de incredulidad. Guarda tu boca de hablar palabras de incredulidad y jactarte que eso es una convicción para ti y que a ti nadie te va a cambiar. Si Dios lo ha dicho quien eres tú para contradecirlo, si no puedes decir Amén porque tu fe es muy pequeña por lo menos di SEÑOR TÚ LO SABES TODO, yo espero tu última palabra. Al príncipe no le costó nada guardar silencio y esperar 24 horas. NO te apresures a hablar sobre cosas que sólo Dios sabe, permite que sea Su Palabra la que se escuche y no tu voz de duda o de incredulidad. Si no eres capaz de creer a Aquél que has tomado como tu Dios, es posible que otros que vienen detrás de ti y que si han estado dispuestos a creerle arrasen contigo y disfruten de lo que era para ti y que ahora sólo lo podrás ver de lejos.