“Jesús dijo a Simón Pedro: ¿me amas más que estos? Le respondió: Sí,
Señor, tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis ovejas” Juan 21:15
Durante estos días pasados de Semana Santa existen muchas demostraciones de devoción a Jesús en muchas iglesias y religiones, aunque también hay quienes ignoran totalmente estos días y los dedican a gustos personales y hasta a dar rienda suelta a sus pasiones. Dentro de las diferentes manifestaciones de devoción tenemos las tradicionales como asistir a una procesión, escenificar en vivo el padecimiento de Cristo, visitar 7 iglesias, organizar campamentos, retiros, noches especiales, etc. Cada una de ellas se hace con un sentir especial de demostrar nuestra gratitud y amor a Jesús por lo que hizo por nosotros. Pero, existe un refrán que “Amor con Amor se paga”; es decir, no hay otra manera de pagar el amor de Dios, sino con Amor. Dios no está esperando sacrificios sangrientos u ofrendas descomunales o rituales espectaculares, sino Amor, puro y profundo Amor.
Si bien Dios desea que respondamos con amor a todo el esfuerzo que Dios ha hecho por nosotros, no es un amor de acuerdo a lo que yo pienso sino a lo que Él desea. Yo puedo pensar que amo a alguien invitándolo a disfrutar una cena de comida italiana, y pensar que estoy haciendo lo correcto, ignorando tal vez que a esa persona le disgusta totalmente la comida Italiana. Dar amor verdadero no es de acuerdo a lo que a mi me parece o me agrada, sino de acuerdo a lo que Dios dice. En este pasaje descubrimos cual es la manera de amar que Jesús requiere para nosotros:
1. Sintiendo profundo dolor por nuestras faltas
“Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez, ¿Me amas?” Jesús amó a Pedro y luego de su resurrección lo incluyó dentro de los 12 a pesar que lo había negado; sin embargo esa día Jesús le pregunta 3 veces si lo ama, haciéndole recordar que lo había fallado 3 veces. La idea no es que Jesús le estaba sacando en cara o tratando de condenarlo (porque si no, no lo hubiera considerado). Jesús quería ver su reacción al ser confrontado con su falta. ¿Ten entristece tu pecado o estás como si nada? Cuando te llaman la atención por un error, ¿te molesta, no te importa o reconoces y te entristece tu falta? Si amas verdaderamente a Dios vas a sentir dolor cada vez que le falles, así sea algo pequeño. Si has perdido sensibilidad frente al pecado, así trabajes para Dios, le sirvas, prediques, enseñes, ofrendes sobreabundantemente, necesitas pedirle al Espíritu Santo que renueve tu amor hacia aquél que dio su vida por ti en la cruz para que no soportes el pecado en tu vida.
2. Prestar atención a la Palabra de Dios, vs. 17
“Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez, ¿Me amas?” A la tercera vez, recién Pedro se da cuenta de la dimensión de la pregunta de Jesús. Jesús siempre decía el que tiene oídos para oír que oiga. Cada mensaje, cada reflexión, cada día de reunión no debe ser un “tema” más para ti sino que debes procurar prestar atención realmente a la profundidad de lo que Dios te está hablando. Sólo así podrás dar una respuesta correcta y no contestar por contestar o hacer promesas que no vas a cumplir. Dios te habla de diferentes maneras. ¿Prestas real atención a la Palabra de Dios en tu devocional? ¿Prestar real atención a las instrucciones de tus líderes y pastores? ¿Prestas real atención a las reflexiones que escuchas los días que te reúnes en la Iglesia o a la letra de las alabanzas que cantas?
3. Estar dispuesto a obedecer, vs. 17
“…y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas” Cuando Pedro entendió y se puso triste contestó una vez más (aunque este vez más consciente) que si lo amaba, sabiendo que Jesús le iba a repetir la orden que le había dado ya 2 veces. Jesús entonces le dijo te voy a dar un encargo, una orden. Pedro estuvo dispuesto a obedecer. La mejor manera de demostrar amor es obedeciendo; las palabras pasan, las canciones, los regalos, los gritos de júbilo pero la Obediencia queda, produce efectos en tu vida, da frutos y tiene recompensa. ¿Estás obedeciendo en todo lo que Dios está pidiendo de ti?
4. Amando a las personas a mi alrededor, vs. 17
“...Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas” El encargo de Jesús para Pedro fue: Apacienta mis ovejas. El amor se transmite, las personas necesitan experimentar el amor de Dios a través tuyo, no sólo los inconversos, sino también los miembros de la Iglesia (o viceversa); no sólo tu grupo de amigos o tu célula o tu grupo homogéneo, sino también los niños, los adolescentes, los jóvenes, los adultos; no sólo los hermanos sino también los líderes, los pastores. Necesitamos una nueva generación de cristianos que pueda bendecir su Iglesia, sus familias, su ciudad y el mundo entero. Necesitamos una nueva generación que no sólo produzca nuevas alabanzas o coreografías artísticas o programas de excelencia sino sobre todo que fluya y desborde AMOR VERDADERO A JESÚS. Amor que aprende a Pastorear a otros aún desde esta temprana edad. Todos podemos pastorear a otros, el nuevo convertido al inconverso, el discípulo al nuevo convertido, el líder al discípulo, los pastores a los líderes. Siempre es posible transmitir de gracia lo que hemos recibido por gracia.
Creo firmemente que Pedro le falló al Maestro, no porque le faltaba “poder espiritual”, o le faltaba “valentía”, sino porque le faltaba mejorar su Amor a Jesús. De allí la pregunta de Jesús que la extiende a nosotros también: ¿Me amas más que éstos? Quiere Dios que nuestra respuesta sea no sólo con palabras sino con la demostración práctica que Él espera de nosotros. Amén.
Señor, tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis ovejas” Juan 21:15
Durante estos días pasados de Semana Santa existen muchas demostraciones de devoción a Jesús en muchas iglesias y religiones, aunque también hay quienes ignoran totalmente estos días y los dedican a gustos personales y hasta a dar rienda suelta a sus pasiones. Dentro de las diferentes manifestaciones de devoción tenemos las tradicionales como asistir a una procesión, escenificar en vivo el padecimiento de Cristo, visitar 7 iglesias, organizar campamentos, retiros, noches especiales, etc. Cada una de ellas se hace con un sentir especial de demostrar nuestra gratitud y amor a Jesús por lo que hizo por nosotros. Pero, existe un refrán que “Amor con Amor se paga”; es decir, no hay otra manera de pagar el amor de Dios, sino con Amor. Dios no está esperando sacrificios sangrientos u ofrendas descomunales o rituales espectaculares, sino Amor, puro y profundo Amor.
Si bien Dios desea que respondamos con amor a todo el esfuerzo que Dios ha hecho por nosotros, no es un amor de acuerdo a lo que yo pienso sino a lo que Él desea. Yo puedo pensar que amo a alguien invitándolo a disfrutar una cena de comida italiana, y pensar que estoy haciendo lo correcto, ignorando tal vez que a esa persona le disgusta totalmente la comida Italiana. Dar amor verdadero no es de acuerdo a lo que a mi me parece o me agrada, sino de acuerdo a lo que Dios dice. En este pasaje descubrimos cual es la manera de amar que Jesús requiere para nosotros:
1. Sintiendo profundo dolor por nuestras faltas
“Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez, ¿Me amas?” Jesús amó a Pedro y luego de su resurrección lo incluyó dentro de los 12 a pesar que lo había negado; sin embargo esa día Jesús le pregunta 3 veces si lo ama, haciéndole recordar que lo había fallado 3 veces. La idea no es que Jesús le estaba sacando en cara o tratando de condenarlo (porque si no, no lo hubiera considerado). Jesús quería ver su reacción al ser confrontado con su falta. ¿Ten entristece tu pecado o estás como si nada? Cuando te llaman la atención por un error, ¿te molesta, no te importa o reconoces y te entristece tu falta? Si amas verdaderamente a Dios vas a sentir dolor cada vez que le falles, así sea algo pequeño. Si has perdido sensibilidad frente al pecado, así trabajes para Dios, le sirvas, prediques, enseñes, ofrendes sobreabundantemente, necesitas pedirle al Espíritu Santo que renueve tu amor hacia aquél que dio su vida por ti en la cruz para que no soportes el pecado en tu vida.
2. Prestar atención a la Palabra de Dios, vs. 17
“Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez, ¿Me amas?” A la tercera vez, recién Pedro se da cuenta de la dimensión de la pregunta de Jesús. Jesús siempre decía el que tiene oídos para oír que oiga. Cada mensaje, cada reflexión, cada día de reunión no debe ser un “tema” más para ti sino que debes procurar prestar atención realmente a la profundidad de lo que Dios te está hablando. Sólo así podrás dar una respuesta correcta y no contestar por contestar o hacer promesas que no vas a cumplir. Dios te habla de diferentes maneras. ¿Prestas real atención a la Palabra de Dios en tu devocional? ¿Prestar real atención a las instrucciones de tus líderes y pastores? ¿Prestas real atención a las reflexiones que escuchas los días que te reúnes en la Iglesia o a la letra de las alabanzas que cantas?
3. Estar dispuesto a obedecer, vs. 17
“…y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas” Cuando Pedro entendió y se puso triste contestó una vez más (aunque este vez más consciente) que si lo amaba, sabiendo que Jesús le iba a repetir la orden que le había dado ya 2 veces. Jesús entonces le dijo te voy a dar un encargo, una orden. Pedro estuvo dispuesto a obedecer. La mejor manera de demostrar amor es obedeciendo; las palabras pasan, las canciones, los regalos, los gritos de júbilo pero la Obediencia queda, produce efectos en tu vida, da frutos y tiene recompensa. ¿Estás obedeciendo en todo lo que Dios está pidiendo de ti?
4. Amando a las personas a mi alrededor, vs. 17
“...Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas” El encargo de Jesús para Pedro fue: Apacienta mis ovejas. El amor se transmite, las personas necesitan experimentar el amor de Dios a través tuyo, no sólo los inconversos, sino también los miembros de la Iglesia (o viceversa); no sólo tu grupo de amigos o tu célula o tu grupo homogéneo, sino también los niños, los adolescentes, los jóvenes, los adultos; no sólo los hermanos sino también los líderes, los pastores. Necesitamos una nueva generación de cristianos que pueda bendecir su Iglesia, sus familias, su ciudad y el mundo entero. Necesitamos una nueva generación que no sólo produzca nuevas alabanzas o coreografías artísticas o programas de excelencia sino sobre todo que fluya y desborde AMOR VERDADERO A JESÚS. Amor que aprende a Pastorear a otros aún desde esta temprana edad. Todos podemos pastorear a otros, el nuevo convertido al inconverso, el discípulo al nuevo convertido, el líder al discípulo, los pastores a los líderes. Siempre es posible transmitir de gracia lo que hemos recibido por gracia.
Creo firmemente que Pedro le falló al Maestro, no porque le faltaba “poder espiritual”, o le faltaba “valentía”, sino porque le faltaba mejorar su Amor a Jesús. De allí la pregunta de Jesús que la extiende a nosotros también: ¿Me amas más que éstos? Quiere Dios que nuestra respuesta sea no sólo con palabras sino con la demostración práctica que Él espera de nosotros. Amén.
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